TEMAS: matrimonio, amor, sexo.
* * * * *
RESUMEN: Es necesario aprender a amar.
* * * * *
Otra de las ideas que
sobrevuelan la crisis de tantos matrimonios es la que sostiene que el amor se
reduce a una relación físico-sexual que se siente y que —sobre todo— se hace. Dicen:
“lo importante es hacer el amor”; lo cual no es lo mismo que vivir el amor, ni
—mucho menos— vivir para el amor o vivir amando.
Quien piensa de esta manera
concibe la sexualidad humana como un instrumento de placer y de agrado y no
como la manera de expresar el amor. En realidad, la sexualidad humana
constituye la persona, me hace ser persona. Yo no soy cualquier cosa, soy un
hombre porque tengo el sexo masculino. De la misma manera, una mujer es mujer
porque tiene sexo femenino. Pero, además, la sexualidad humana no es solo como
la sexualidad animal. Un principio biológico de sexualidad animal tenemos
porque también somos animales. Pero no somos solamente animales. Además de
animales somos personas.
Lo que diferencia a una persona
de un animal es que es capaz de darse del todo. Y la sexualidad humana también
tiene como finalidad expresar mi entrega total a la persona a quien quiero. Así
el amor humano no es solamente un acto agradable que se hace, sino que —sobre
todo— es una manera de vivir para el ser amado dándome del todo y entregándole
todo lo que soy y tengo: mi vida.
Cuando se entiende el amor así
está claro que el amor no «se hace» sino que el amor se «vive». Y cuando se
vive así, el matrimonio no es un lugar de placer, ni los cónyuges son los que
se proporcionan placer, ni sus cuerpos son objetos, ni mucho menos son cosas
que se utilizan. El matrimonio, entonces, se convierte en el lugar de la vida.
Se ve que es necesario que para
comprender mejor el matrimonio no basta con asistir a unos cursos matrimoniales
sobre los fines y las características de la unión conyugal, sino que es
necesario aprender a saber amar con el cuerpo. Porque en esto —como en todo—
nadie ha nacido enseñado, ni por el solo hecho de contraer matrimonio los
esposos ya saben quererse como es debido quererse entre un hombre y una mujer
para ser felices toda la vida.
«Hacer el amor», realmente,
consiste en aprender a amar con el cuerpo y con toda el alma, es decir,
aprender a amar con toda la persona y esto requiere un aprendizaje y un
esfuerzo. Requiere poner cabeza, corazón y sentido y no dejarse llevar por los
sentimientos que van y vienen, ni por las pasiones que aparecen y se marchan,
ni por la ansiedad que depende de los nervios o de la tensión del trabajo.
Para no tratar a mi cónyuge
como una «cosa» debo aprender a educar mis sentimientos y a querer lo mejor para
ella porque en eso consiste el amor que le tengo y no en otra cosa. Debo
aprender a quererla con todo mi ser y eso significa lo ya dicho: cabeza,
corazón y sentido. Y por este orden.■
BIBLIOGRAFÍA
·
Santamaría Garai, Mikel-Gotzon, Saber amar con el cuerpo, Eunsa, Pamplona, 1996.
No hay comentarios:
Publicar un comentario